Muchas veces se ha especulado sobre la supuesta incompatibilidad del desarrollo con la minería, pero lo cierto es que lograr una agricultura moderna, de primer mundo, requiere además de una gestión moderna y del empleo de tecnología de punta, de equipos derivados de la noble actividad minera.

Acaso nos hemos preguntado si será posible contar con una agricultura rentable, que garantice salarios dignos para sus trabajadores, que sea capaz de satisfacer la demanda local e internacional y que en el desenvolvimiento de sus actividades prescinda del empleo de maquinarias como el tractor, las cosechadoras. las empacadoras, las cámaras de frío, los medios de transporte, etc., y que, en adición, hagan que los productos agrícolas lleguen en óptimas condiciones a la mesa de los consumidores. Efectivamente, eso es imposible.

Quien manifiesta que es posible el desarrollo de la agricultura prescindiendo y confrontando a la actividad minera se equivoca. Ambas actividades son complementarias y necesarias para el engrandecimiento de las mismas. así

como para la sociedad a la cual sirven. En un caso alimentándola mejor y, en el otro, proveyéndole todo aquello que nos hace la vida más fácil.

Quien propugna el distanciamiento y la exclusión de la minería con respecto de la agricultura lo que hace es condenarnos al atraso y al empobrecimiento a millones de pobladores. En el Perú. históricamente, la agricultura se ha desarrollado más allí donde existen grandes y amplios valles, con fuentes de agua regular a lo largo del año, sea porque lo provee la naturaleza o porque hemos sido capaces de construir la infraestructura hídrica necesaria para garantizar el flujo de agua de manera continua.

Estoque resulta fácil de pronunciar y escribir es ciertamente más complicado. Por ejemplo, una represa representa haber trincado un lugar adecuado con una formación rocosa que brinde estabilidad a la presa que soporte el volumen de agua a acumularse, pero, ¿qué se requiere para construir una represa?, materiales como fierro. cemento, piedra chancada, entre otros; de donde provienen todos estos, de los yacimientos donde se extraen minerales metálicos y no metálicos. Al  igual que ocurre con los canales de irrigación.

Estimado lector, espero que antes de abrazar cualquier causa excluyente hagamos una reflexión mayor de qué estamos apoyando y qué estarnos pretendiendo dejar de lado, porque una vez que se posterga un proyecto o se pierde el interés de los inversionistas es muy difícil recuperarlo y el arrepentimiento muchas veces resulta tardío.