El anuncio de un significativo incremento en el gasto público con el objetivo de reactivar la economía nacional, fue el aspecto central del mensaje presidencial de este año. Así, el incremento en el presupuesto para el sector de educación se ha establecido en cerca de un 0,5% del Producto Bruto Interno (PBI) o unos US$ 1.430 millones de dólares.
En salud se anunció un agresivo programa de inversión en infraestructura y equipamiento de hospitales en todo el Perú, para el que se cuenta con S/. 8.400 millones para este y los próximos dos años. Si lo anunciado se cumple, la inversión en salud de este gobierno alcanzaría los S/. 11,800 millones, el triple de la inversión acumulada en los 10 años anteriores. En seguridad ciudadana, el presidente Humala dijo que se está implementando un sistema de patrullaje que a 2016 contará con más de seis mil vehículos y cuatro mil motocicletas; que en el segundo semestre de este año se incrementará la Policía Nacional en 30 mil nuevos efectivos, y que la aviación policial se modernizará y aumentará su flota con cinco nuevos helicópteros e igual número de aviones recuperados. Con relación a la infraestructura, el listado de obras que se propone llevar a cabo es amplio y supera el de años anteriores.

No obstante, debemos señalar, una vez más, que la ejecución del mayor gasto público anunciado va a depender de una mejora real en la capacidad y eficiencia de ejecución del sector público en todos sus niveles, factores que hasta ahora, más bien se han constituido en limitantes para que ello sea así. Es pues, un reto enorme el que se ha planteado el Poder Ejecutivo, ya que no solo está el tema del financiamiento sino ejecutar lo ofrecido en el corto plazo. Desafio que tiene como datos de partida, cifras desfavorables respecto a la capacidad de ejecución del gobierno, pues al primer semestre de este año, por ejemplo, solo se ejecutó el 22.9% del monto total presupuestado para inversiones para el año 2014. Esto quiere decir que, el gobierno nacional, de S/17,216’276,892 millones de soles, solo ha gastado S/. 3,032’060,034 millones de soles, siendo ampliamente superado, en capacidad de ejecución por los gobiernos regionales y locales. Datos que se tornan más dramáticos aún si se aprecia los porcentajes de ejecución de inversiones correspondientes a los sectores de Educación y Salud, los cuales son de 14.1% y 18.2%.

Sin embargo, más allá de la lluvia de millones que el Presidente ha ofrecido, con evidente afán de recuperar su alicaída popularidad, hay hechos recientes y pasajes del discurso presidencial que vale la pena rescatar y subrayar, pues comprenden acciones reales que ya se han echado a andar, bajo impulso estatal pero con la significativa intervención del capital privado. Nos estamos refiriendo a los proyectos que, a nuestro juicio, desde la Región Sur debernos impulsar y vigilar por su efectivo y puntual cumplimiento.

PROYECTOS PARA EL SUR

El Gasoducto Sur Peruano (GSP), cuyo contrato se acaba de firmar el 23 de julio y cuyas inversiones, en los próximos tres o cuatro años, deben bordear los US$ 3,600 millones, más el trabajo del consorcio a lo largo de los so años de concesión. Odebrecht y Enagás deben dejar un servicio de gas eficiente y el gasoducto debe llevar gas a más de siete millones de peruanos del sur del Perú. Otro proyecto importante es el Nodo Energético, para cuya ejecución se suscribió un contrato a principios del presente año, habiéndose acordado que la Planta 1, estará ubicada en Moliendo, iniciando operaciones en mayo del 2016. Esta planta será instalada por la empresa Samay I (de capitales israelíes), que en el concurso público para la adjudicación del proyecto ofreció una retribución de US$ 6,899 por cada megavatio-mes de energía que produzca en los siguientes años. De otro lado, cabe destacar que, el mensaje presidencial ha ofrecido ejecutar la segunda etapa de Majes Siguas dentro de un paquete de inversiones que asciende a cinco mil millones, S/. 5,000’000 (comprendiendo a Chavimochic y Olmos). Asimismo, tenernos el largamente esperado proyecto minero cuprífero de Tía María, cuyo Estudio de Impacto Ambiental (EIA), instrumento destinado a mitigar los posibles daños al ambiente que provoque la actividad extractiva, acaba de ser aprobado la primera semana de agosto. Finalmente, la futura petroquímica, la cual debe continuar su desarrollo toda vez que, habiéndose adjudicado el GSP, el siguiente paso debe ser establecer las condiciones y criterios conceptuales para el establecimiento de la misma, lo cuales tienen que ver con la ubicación física del polo petroquímico y las facilidades para su acondicionamiento; el poliducto; y, el esquema de precios para que se incentive la petroquímica.

Estas obras de gran envergadura, con fuerte impacto en la economía de la región sur y, específicamente, en Arequipa, nos permiten avizorar el futuro con optimismo. Más allá de todo sectarismo político, es importante destacar que merced a las luchas del pueblo arequipeño y los otros pueblos hermanos del sur, se está avanzando en la generación de la condiciones infraestructurales para potenciar un desarrollo sostenido y sostenible en el sur de la patria. Sin embargo, el reto que tenernos todos, es el de velar porque ese impulso no decaiga y que se cumplan los contratos y cronogramas de ejecución acordados por las empresas privadas y el Estado, comprometidos en el cumplimiento de esas grandes obras.

Nuestro rol, ahora, es ser celosos vigilantes para que lo ofrecido e iniciado se convierta en realidad en beneficio del desarrollo de nuestro país y la elevación del bienestar de nuestra gente de hoy y de las futuras generaciones.