Técnicos, solo?
Por:Pablo Ferreyro de Babot
Existe en el Perú una “Sensación de crisis de Talento”
¿Cómo se pueden cubrir estas falencias?
Es casi un lugar común decir que hacen falta técnicos en el país, especialmente en los sectores extractivo y de construcción. Un reciente estudio de Ipsos y la Universidad del Pacífico sobre el talento en el Perú, permitirá a estudiosos, investigadores y directivos enfocar esta cuestión de manera objetiva y eficaz. Precisamente, esta colaboración su fundamenta en su apartado “Principales Resultados” (no señalo entrecomillados para facilitar la lectura, pero dejo expresa constancia de que la parte expositiva les pertenece. Los comentarios en cambio son, cuando no hay referencias expresas a otra fuente, de mi exclusiva responsabilidad).
La primera conclusión señala que existe una “sensación de crisis de talento”, luego de lo que se precisa que no se trata tanto de falta de candidatos para los puestos como de una suficiente calidad o preparación. Mientras la oferta educativa no mejore, es tarea de las empresas cubrir estas falencias. Una solución podría ir por la línea de importar (y repatriar) gente capaz, pese a lo caro que resultaría; otra idea para paliar esta sensación de falta de talento vendría de la mano de multiplicar los esfuerzos que ya vienen haciendo varias empresas para preparar a su propio personal.
Esperar que sea el Estado, o la iniciativa privada, quien ofrezca al mercado las personas que se necesitan, parece poco realista, por los motivos que se señalan, especialmente los relativos al plazo y a un sistema fiable de control. No se comprende por qué no existe una suficiente auto-preparación, de cuyos excedentes podrían alimentarse otras organizaciones de menor tamaño. Las empresas, de suficiente tamaño, insisto, cuentan con buenos equipos, excelentes profesionales (algunos de los cuales poseerán además dotes pedagógicas) y unos buenos sistemas de supervisión. Además, por el lado de la oferta, cada año hay multitud de estudiantes universitarios de los últimos ciclos a la búsqueda de oportunidades para hacer prácticas pre-profesionales y profesionales. Estas pasantías, o como se las quiera llamar, resultan ser un procedimiento barato y bastante seguro para conocer a los postulantes a la vez que se les forma.
Hay que tener en cuenta, según se sugiere en el mismo estudio de referencia, que no sólo se buscan técnicos, sino personas que añadan gerencia y dirección, que den un trato adecuado a los que serán sus subordinados.
Es preciso darse cuenta de que estas competencias no son producto de los llamados “sistemas de capacitación”, sino de la experiencia guiada de manera intensiva y continua. Hoy en día, y parece ser que de forma creciente, se busca en los “técnicos” una serie de actitudes positivas que les lleven a ser, además de mandos eficientes, mucho más hábiles y facilitadores en el manejo de relaciones comunitarias, y en aquellos otros aspectos estratégicos tales como la sociabilidad y el desarrollo de sinergias.
En otro apartado del estudio, se puntualiza que la falencia mayor entre la oferta y la demanda de cualidades se da en el campo del alineamiento de las competencias de liderazgo, carencia que se hace más crítica en el interior del país. La reflexión que me viene a la mente es similar a la del apartado anterior. Shakespeare decía “Tomadlos cual los tenéis o hacedlos cual los queréis”, en otras palabras, toma lo que tienes o cámbialo tú, pero no te quejes pues es inútil.
En la siguiente conclusión se explica que, a pesar de que los sueldos han experimentado un fuerte crecimiento en el último año, el costo de vida, especialmente para los altos ejecutivos, ha aumentado más que proporcionalmente. La competencia con otras empresas ha puesto en evidencia que los profesionales no sólo exigen un nivel de remuneración adecuado, sino también otros componentes de la calidad de su vínculo con la organización, tales como políticas de reconocimiento, trato, comunicación, capacitación, entre otras. Es importante advertir ante la proverbial excusa de falta de presupuesto o de tiempo, que ninguna de estas cuestiones cuesta tiempo ni requiere inversión (recuérdese que la principal capacitación se da en el puesto). La llamada Generación Y, resulta más exigente que las precedentes.
Sobre la rotación, salta a la vista la lejanía entre directivos y mandos medios. La crisis aquí se manifiesta por la carencia de capacidad gerencial de la plana mayor de la empresa, pues falta competencia para seguir de cerca, personal y directamente, a los inmediatos subordinados. La herramienta llamada “coaching” no es conocida ni utilizada a consciencia (contra la idea, a mi juicio mercantilista, de que se trata de algo sofisticado, me parece que se trata de estar disponible, en definitiva, de poner en práctica las virtudes de la generosidad y del interés real por la gente).
Traigo a colación una reciente entrega de la agencia de colaboraciones Aceprensa titulada “Las humanidades, un motor para la economía y la sociedad”. La American Academy of Art and Sciences advierte sobre la necesidad de incrementar la enseñanza de las llamadas humanidades (Historia, Arte, Literatura, Psicología, Filosofía, Religión, etc.) Para afianzar los valores alcanzados por la civilización.
En ese sentido, Jill Tiefenthaler, presidente de la Universidad de Colorado, afirmó durante el discurso de inauguración del curso 2012-2013 que la enseñanza de humanidades “fomenta cualidades valiosas: la capacidad de recuperarse de los reveses y lidiar con el estrés. La perseverancia y la pasión por las metas desafiantes. La tendencia a tener una responsabilidad dispuesta a retrasar la gratificación. La creatividad, o la voluntad de romper con lo convencional, para llegar a nuevas ideas; la capacidad de concentrarse en una cosa, superando las distracciones. La conciencia de enfocar las cosas hacia lo que son las metas más importantes (….).La única manera de que puedan prepararse para el futuro, en trabajos que todavía no existen, es el desarrollo de mentes ágiles, que conozcan diferentes culturas e ideas, y tengan habilidad para hablar y escribir; cualidades desarrolladas por las artes liberales”.
En definitiva, los líderes empresariales de hoy están buscando una diversidad de aptitudes, y no sólo conocimientos técnicos. Dejo para el lector acucioso establecer la unión entre los dos planteamientos que no son necesariamente coincidentes ni tampoco esencialmente separados.
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